PARA LEVANTAR CASTILLA.
Flaviano Casas Martinez.
Hace pocos días se celebró en Palencia la Fiesta del Palentino Ausente. Para los que tenemos alma y corazón, el adjetivo “ausente” profundiza muy poco con respecto al hondo significado que tiene la emigración. El emigrante representa mucho más: pena, coraje, desarraigo, cargar los bártulos (incluidos títulos superiores), y emprender el viaje de la incertidumbre, sacudiendo con rabia el polvo de las sandalias.
Nuestros pueblos, los pueblos del olvido, se quedaron vacíos para levantar grandes ciudades e impulsar economías foráneas. Hoy como ayer los jóvenes emigran…, los ahorros, la energía y el agua. Solos en la soledad, ancianos marcados por el fuerte carácter, el sacrificio y la resistencia, agotan el último suspiro en esta Tierra nuestra, gran Castilla que fuera.
La Fiesta del Palentino Ausente fue más bien una farsa, una tragicomedia poco respetuosa para los que, a pesar del epíteto, no están ausentes; sino apegados, aferrados y enraizados a esta querida tierra de Castilla y de León. El montaje mediático de la Fiesta ofreció titulares como este: “Los Palentinos Ausentes se dejaron sentir en El Sotillo”, mientras todos los actos giraron en torno a los intereses de Palencia capital, y de los políticos que sin el menor rubor cambiaron abrazos y sonrisas fingidas por un rato de consolación.
Lo peor de Castilla y León no es que sea un desierto geográfico, sino humano; un guirigay político encastado que desdeña pueblos abandonados y sin rumbo, que existen en todo nuestro territorio. Cacarean el asentamiento poblacional, pero sólo les interesan los grandes ejes económicos, las subvenciones europeas, y los pelotazos político-empresariales que alienta la especulación. Los palentinos ausentes están muy presentes pese a la lejanía, dando vida a la riqueza intelectual creativa a través de Círculos, Foros, Casas de Emigración. Se editan libros y revistas, se imparten conferencias, se mantienen vivos los vínculos familiares, históricos, culturales, y demás lazos con la Tierra.
El cantautor Nes cerraba un acto multitudinario hace veinticinco años con esta estrofa: “Para levantar Castilla/ no hace falta que vengan de fuera./ Solo es preciso que vuelvan/ los que nacieron en ella”. Sin embargo el regreso se hace difícil y a veces doloroso. Muchos emigrantes encuentran sus pueblos sumidos en un hábitat imposible. Caciquismo perenne, cainismo social, tercermundismo ambiental y sanitario. El tiempo histórico de los pueblos rurales en Castilla y León está agotado. Así reza este verso enviado por una regresada y dolida intelectual, oriunda del centro-norte de Palencia: “Los pueblos se están muriendo,/ los vemos agonizar;/ pero nadie hace nada/ para poderlos salvar”.
Estén pueblos serranos de Aragón, que sin “ayudas” de nadie, aprovechan tenazmente sus propios recursos: huertos, ovejas, artesanía, turismo rural, etc. Han alentado el regreso de sus emigrantes, e incorporado nuevas remesas de extranjeros que permiten reabrir escuelas, algunas de las cuales ya disponen de más de veinticinco alumnos. El mayor problema de nuestra provincia no es que los pueblos se encuentren desmantelados y abandonados; sino el desprecio e ineptitud que muestran las autoridades “competentes” con respecto a ella.
Tenía guardado este texto del gran Flaviano, que ahonda en la decrepitud y decadencia del pueblo Castellano y por la proximidad de nuestra fiesta me pareció un texto adecuado.
Como bien dice el bueno de Flaviano nadie de fuera la va a levantar, somos l@s Castellan@s quienes tenemos que levantarla, dejarnos de nuestra sempiterna resignación de que nada se puede cambiar, de olvidar nuestras luchas provincianas y unirnos por la tierra que nos vió nacer y como bien dice el texto, nosotr@s, l@s "ausentes" físicamente pero no de corazón -aunque en mi caso no abandoné Castilla aunque sigan considerando los olvidadizos que Madrid no es Castilla- te lloramos y te sentimos cada día.
Por una Castilla alegre, rebelde y comunera, feliz Día de Villalar.
Comunes el sol y el viento,
Común ha de ser la tierra,
Que vuelva común al pueblo
Lo que del pueblo saliera.
Castilla se pertenece a nadie perteneciera.
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1 comentario:
Yo al final no fui a villalar, con todas las ganas que tenía... habrá que esperar al año que viene.
Pero es una pena que el día que celebramos que somos CAstellanos al final la gente acabe yéndose de la comunidad, o se lo tomen comom un domingo cualquiera...
probablemente por eso nos va como nos va
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