viernes, 23 de noviembre de 2007



Que la tierra te sea leve compañero!!

jueves, 22 de noviembre de 2007

Marseille aime la mer












Marseille aime la mer rezaba una pintada a la entrada de Marsella rumbo al youth hostel con el coche Mariano, Julio y yo. Camino de Marsella formaciones rocosas eran dibujadas con un color extrañ,luego nos comentarían los locales que era debido al viento mistral, pero conformaban un color levemente psicodélico realmente bello.
Depositadas nuestras mochilas en el hostel fuimos parados por la policia francesa que nos hicieron un breve interrogatorio y nos obligaron a mostrar la documentación, de manera arrogante y sin dar ninguna explicación se fueron tras revisar nuestros carnets de identidad.
rumbo al centro de Marsella nos estaba esperando Malen, la amiga francesa con la que conviví en Estonia, fue realmente agradable verla de nuevo, allí nos invitó a cenar a su casa donde nos ofreció generosamente una cena compuesta por arroz con hierbas provenzales con carne embuchada del Pays Basque realmente exquisita y unos quesos típicos de la zona.
Marsella me sorprendió, creo que realmente me enamoró la ciudad más antigua de Francia. Marsella no responde al orden y elegancia que se presupone que tienen sus ciudades, es anárquica, caótica, sin ningún orden, algo sucia, llena de edificios en mal estado de conservación...pero amo las ciudades imperfectas.
Al día siguiente nos fuimos los 4 a Les Calanques, que son unos acantilados alrededor de Marsella de sorprendente belleza. Mientras mis compis se dedicaban a hacer una intrusión por los acantilados me dediqué -debido a mi pánico a las alturas- a contemplar el mar. El mar de la Costa Azul es radiante, de un color azul delicioso que embriaga.
Repusimos fuerzas en un pequeño pueblito llamado Cassis donde comimos pan con anchoas y pan con aceitunas (existen mil tipos de panes increibles por aquellos lares)
Noche en Marsella donde Malen nuevamente nos invitó a su casa a cenar cocinando unos gnoccis exquisitos con más queso francés.
Al día siguiente seguimos disfrutando de Marsella y el encanto de sus calles, fortalezas, sus playas...
Nos levantamos pronto camino de Saint Tropez, allí nos dimos cuenta que empezaba el viaje por el glamour y la jet-set francesa e internacional. Este pueblo es pequeñito pero hermoso, resulta peculiar encontrar entre sus angostas calles tiendas de lujo y restaurantes de grandes cristaleras donde se veía como la gente pudiente comía mariscadas regadas con champaña francesa. Pero nuestro bodadillo a base de queso de cabra envuelto en hojas de castaño y su pan con aceitunas de una boulangerie supieron como la mejor langosta. Es impresionante la gran cantidad de yates lujosos aparcados en sus playas.
De nuevo al coche y rumbo a Cannes, la ciudad del cine Europeo, una ciudad muy coqueta que respira cine por sus 4 costados.
Otro día más y camino a Montecarlo. Fue la ciudad que más me decepcionó. Decir que es una ciudad donde no se puede construir ni un edificio más -no puede crecer más porque la bordean montañas.
Monte-Carlo estaba engalonada con banderas y simbolos patrios debido a su fiesta nacional. Destacar la cantidad de tiendas pijas, cochazos, yates, hoteles caros.
El casco antiguo es muy bonito y el palacio real es destacable.
Mis compis me dijeron que no se podían ir de la ciudad sin entrar en el casino, la verdad es que odio ese tipo de sitios, poco tiempo estuve, me tuve que salir porque no hay sitio que me produzca más odio que esa gente acaudalada gastando el dinero sin razón. Eso sí, el casino es impresionante tanto por fuera como por dentro.
Niza, gran destino turístico por excelencia estaba vacio de turistas, incluso por las 2 tardes que paseabamos por sus delicadas calles se sentía un gran vacío, lo que hacía un placer adentrarse en sus recobecos.
Toda la ruta de la Costa Azul en coche es impresionante, no abandonas en ningún momento el mar de tu lado, cubierto de una fronsosa vegetación que harían suspirar a las constructoras mezquinas que han jodido nuestro país.
Decidimos adentrarnos brevemente en Italia y nos fuimos a San Remo y para no variar de gran belleza, mención espcial la pizza que comimos en un restaurante con sus correspondientes profiteroles que nos hizon saciar el hambre depués de una muchos días comiendo bocadillos tirados en la calle.
Tocaba adentrarse en la Provenza interior, ya sin mucho tiempo recorrimos los campos de viñedos y lavanda desnudos -una pena- y recorrimos Arles, un pueblo con impresionantes vestigios romanos, destacando su circo y finalizando en Avignon con su impresionante castillo Papal, allí tuve la oportunidad de contemplar in situ el puente de avignon que me hizo recordar con gran nostalgia una canción francesa sobre susodicho puente que me cantaba muchísimas noches mi madre al acostarme de pequeño.
Resumiendo, la Provenza me sorprendió mucho más de lo que esperaba, haciendo honor a su nombre -El jardín de Francia- hermosos paisajes, pueblos irresistibles, gente afable (a pesar de no hacernos entender mucho).

martes, 6 de noviembre de 2007

¿qué hacer si te dicen que te quedan varios meses de vida?
Creo sinceramente que desaparecería del mapa, con toda seguridad me encerraría en mi mismo y me dedicaría a escribir una carta personal de despedida a cada una de las personas a las que quiero. Estarían llena de gratitud, de recuerdos, de anécdotas...
Me dedicaría a pensar en el tiempo vivido, a hacer un balance general de mi vida, de saber que he aportado, que me han aportado, si luché lo suficientemente por todo lo que soñé, si exprimí cada minuto de mi vida...
Desgraciadamente me acabo de enterar que al padre de uno de mis mejores amigos le han encontrado una metástasis extendida en varios órganos, no le dan mucho los médicos. Andando, en la soledad de esta noche de Madrid, reflexiono sobre la nimiedad e insignificancia de esta efimera vida pasajera.
Recuerdo como si fuese ayer hará unos 14 años cuando estábamos sentados la cuadrilla en un banco a la entrada del cementerio, también por la muerte por cancer del padre de otro amigo, hablando de la vida, de la muerte....desgraciadamente pronto volveremos a estar sentados en el mismo banco, 14 años más maduros, pero con los mismos miedos y preguntas...

domingo, 4 de noviembre de 2007

Tiempo de vacas!!!!

A 2 meses para acabar el año aun me quedan 10 días libres de vacas y ha empezado la maquinaria para exprimir estos dos últimos meses a tope.
El jueves, un regalo caido del cielo, los SKATALITES!!!!!! en Madrid en la sala Heineken


Sábado rumbo a la Provenza francesa. Cielo azul, pueblos medievales, campos de lavanda, delicados paisajes, gentes amables....1 coche, 2 amigos de Palencia...Marsella, Niza, Saint Tropez, Cannes,Montecarlo....
En Marsella me encontraré con Malen, una trotamundos francesa que tuve el placer de conocer durante mi estancia en Estonia trabajando con el mismo programa que yo, con muchísimas ganas de verla ya.
En diciembre llegará la 2º boda Erasmus entre Claudia -una chica Mexicana- y Rubén -español- una pareja encantadora y buenísimas personas ambas que las deseo toda la felicidad del mundo. Es graciosa las vueltas que da la vida y que Rubén y claudia vivan ahora en Madrid a 3 minutos de mi casa y Rubén trabaje en el mismo edificio que yo...agradables coincidencias que te da la vida.
La 1º toma de contacto será la despedida de soltero de Rubén en Alacant, donde nos juntaremos 8 erasmus en una fiesta que me tiemblan los pies sólo de pensarlo.
La boda civil será en la ciutat de alcoi donde compartiremos un día muy especial con la pareja.
Siguiendo con la ska-manía se proyectan varios conciertos muy interesantes en el Centro social Okupado de La Traba con los conciertos de Diablo Cojuelo, una mezcla de ska-folk castellano, LA Gossa Sorda -un grupo del pais Valencià que ha sabido conjugar el ska/rock con el folkclore de aquella región -no me puedo quitar de la cabeza el sonido de la dolçaina- y los Betagarri




Aprovechando el viaje al Pais Valencià para la boda me quedaré en València con Inés, una chica Erasmus que conocí también en Estonia. Ines a veure si és veritat que València té la llum mes bonica d'aquest món :)
Y como broche final las fiestas del solsticio de invierno, una época muy entrañable en mi querida Palencia con reencuentro con familia y gente que tengo fuera durante todo el año