martes, 29 de mayo de 2007

adios compañera

El otro día leyendo un periódico digital no daba crédito a lo que estaba leyendo, cada año una media de 1400 palentin@s de edades comprendidas entre los 25 y los 34 años se veían obligad@s a abandonar su tierra, eso contando que toda la provincia tiene 180000 habitantes el dato es más que aterrador.
Nuestros políticos siempre nos han dejado de lado en cuanto han tenido oportunidad de alcanzar mejores sillones olvidando su primera patria, las empresas cierran, nos vemos obligados a mendigar carreras universitarias para no tener que estudiar fuera, los colegios van perdiendo año tras año alumnos, el mundo rural agoniza, los pueblos se apagan...Qué futuro nos espera? Seguiremos esperando tiempos mejores que nunca llegarán? seguiremos añorando con nostalgia tiempos pasados?
Los palentin@s siempre hemos llevado con orgullo nuestras raices y nos duele amargamente que no podamos levantarnos de nuestro coma irreversible.
llegará el día en que viviendo lejos de nuestra tierra nuestros hijos nos pregunten: Papá/mamá, que significa la palabra "chiguito"? y tengamos que ponerles entre nuestras rodillas, atusarles el cabello y decirles: ¿chiguito? chiguito eres tú.
Esta entrada está dedicada a mi compañera -Palencia- y a toda esa gente que se la iluminan los ojos cuando hablan de su tierra, a esa gente que después de un tiempo sin pisarla ve el letrero con la leyenda "Palencia" entrando en la ciudad y se emociona.
"Tierra de abrazos", así definió a Castilla Machado, que razón tenía, aunque cada vez en menor número no dejarán de ser sinceros.

2 comentarios:

AntonioFacts dijo...

Compañero, Palencia y Castilla siempre estarán allá donde las queramos llevar, cuando hablemos de ellas, o cuando demos abrazos, ejerciendo como buenos castellanos de aquellos que hablaba Machado.

Elisa dijo...

Jo, es verdad, recuerdo cuando estudiaba en San Sebastián y volvía en tren a Palencia. Nada más ver las casas de Francisco Vighi empezaba a ponerme nerviosa, el polígono, ¡el insituto! y no podía más y me levantaba del asiento. ¡Estaba ya en Palencia! Hace poco, volviendo en tren de Barcelona me di cuenta de que me sigue pasando lo mismo al regresar a la ciudad, sin importar el tiempo que haya pasado fuera.
Palencia desde luego está en cada uno de nosotros, y es una pena que mucha gente no se dé cuenta hasta que no tiene que irse a buscar un mejor futuro fuera.
Me alegro de ser una de esas pocas personas que ha podido permanecer por aquí. sé la suerte que tengo