Una tarde de copiosa lluvia fue la principal culpable de que me apoltronara al sofá y me dispusiese a ver "Camino a casa", una serie documental de 6 capítulos ofrecida hace unos meses por la 2 en la que se reflejan las historias anónimas de españoles que tuvieron que emigrar a partir de los años 40 en busca de una nueva vida. Nada más y nada menos que 3 millones de los nuestros tuvieron que emigrar en busca de un futuro mejor. En estos documentales se rompe con el estereotipo de que los españoles cuando emigrabamos ibamos en situación legal, completamente falso en muchas ocasiones, y reflejan sus personajes todas los miedos, las esperanzas y las ilusiones por buscar una nueva vida.
La verdad es que me emocioné escuchando todas sus historias, pero lo que más me impactó fue su dolor por dejar sus familias, sus raices; el agradecimiento a las personas que los acogieron en los primeros momentos en aquellos lugares tan desconocidos en un mundo no tan homogeneizadamente globalizado, donde todo era desconocido y extraño.
En todos los personajes se reflejaba un cariño y una eterna melancolía por España, pero fue un personaje cantando la famosa canción del emigrante de Juanito Valderrama (una canción que fue vitoreada por el Régimen Franquista pero que en realidad era un guiño a todos los republicanos que tuvieron que huir de su patria) lo que más me emocionó y no evitó que se me saltase alguna que otra lágrima porque salvando las distancias me ví reflejado en él porque recuerdo como si fuera ayer un día oscuro y gris en Suecia con la moral no muy alta cuando planchando encontré un cd que me regaló un amigo con canciones típicas del folklore español y allí la encontré, esa canción que aunque haya quedado obsoleta en la letra reflejaba una fuerza y una emoción inmensa, aun recuerdo la cantidad de imágenes y recuerdos de mi país y de mi gente que me vinieron en ese momento y los escalofrios al escucharla.
Es momento de recordar que en estos momentos de "crecimiento" y "vitalidad" económica que tiene nuestro país actualmente, ahora los recepetores de esa emigración somos nosotros, y no es mal momento para hacer una cura de humildad y recordar lo que fuimos, que la solución no es la creación de vallas en el estrecho, que la solución no es potenciar la vigilancia policial contra la marea de cayucos, que es momento de buscar cauces de apoyo y solidaridad, de vilipendiar este sistema económico-político actual que permite la libre circulación de capitales pero no de seres humanos.
Un recuerdo para tod@s los español@s que un día decidieron dejarnos y nos siguen recordando allá donde estén.......como dijo Don Quijote a Sancho un día "doquiera que estamos lloramos por España" y sobre todo...no olvidar....
"Aquellos que no conocen su historia están condenados a repetirla"
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1 comentario:
Es verdad, al final no conocemos nuestra historia, pero en realidad, ¿Cuándo nos han enseñado en el cole cuál es nuestro pasado más inmediato? Los Reyes Católicos los fuimos dando año tras año, pero ¿y las Dos Repúblicas? ¿Y la guerra civil hasta nuestros días?
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